A la gruta la conocemos por “La Herradura” ya que por dentro tiene esa forma: un arco enorme de piedra de aproximadamente treinta metros de alto que preside la estancia principal. Esta zona es muy espaciosa y calculo que tendrá 200 x 300 metros en varios desniveles. 
Conforme te adentras en sus profundas cavernas, el rumor de las aguas es más intenso, hasta llegar a un estruendoso golpeteo de inusitada fuerza. Hay un caudal que más parece una catarata invertida. El agua surge de abajo hacia arriba unos diez metros y luego cae en una ligera  pendiente que la canaliza a través de una cavidad que se la engulle insaciable. 
Todo esto es muy tenebroso y lleno a la vez de vitalidad. La oscuridad de ciertos huecos se entremezcla con reflejos chisporroteantes procedentes de agrietamientos que llegan hasta el exterior. El musgo de las paredes y ciertos minerales cristalinos producen colores muy vivos y espectrantes. 
Sin embargo, esta parte, la más frecuentada por nuestros engendros mutantes, que parecen estar perfectamente aclimatados tanto al exterior como a las profundidades de la caverna, se adentra hasta donde debe habitar el mismísimo demonio.
Ellos suelen adentrarse en grupos durante horas, sin que sepamos qué es lo que hacen ni piensan. Parecen estar conexionados entre sí por algún proceso telepático que te deja fuera de sus ámbitos emocionales y mentales. No nos sentimos amenazados ni intimidados, solo nos esquivan como a algo enfermo, cuando en realidad supongo que son ellos los verdaderamente afectados.
Apenas comen, y siempre van con las barrigas algo abultadas. Solemos sentir dolores de cabeza y debilitamiento general cuando nos aproximamos demasiado o cuando te miran con una expresión dificil de catalogar. Es como si te estuvieran extrayendo la energía por los ojos, aunque no parece que lo hagan con mala  intención. Lo que comen, al igual que nosotros, lo paladean nerviosamente y lo escupen como una bola resecada. Sus defecaciones son eyecciones minúsculas de color verdoso sin olor particular pues disponen de un orificio anal apenas perceptible.En cambio sus pieles siempre están supurando una grasa gelatinosa que al resecarse se desprende y cae.
 
